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No todas las lámparas emiten la misma tonalidad o color de luz. Para seleccionar la iluminación adecuada por sus características de color hay que tener en cuenta los siguientes parámetros: temperatura de color y el índice de reproducción cromática.
La temperatura del color La apariencia del color de una lámpara hace referencia al color de luz que emite. La luz blanca que produce una lámpara puede variar desde tonalidades cálidas a frías, definidas en función de las sensaciones psicológicas que producen. La temperatura de color se expresa en Kelvin (K) para conocer de forma relativa la tonalidad de la luz según ciertos colores: (Representación aproximada de la temperatura de color) La temperatura de color se usa para la selección de las lámparas en la iluminación general de uso comercial o doméstico. Su elección es una cuestión psicológica donde entra en juego la percepción de lo que consideramos natural. Para tener esta percepción de naturalidad, hay que tener en cuenta el nivel de iluminación, los colores con los que está decorado el espacio iluminado, los muebles y el clima de la zona geográfica donde se realiza la instalación. • Blanco cálido. TC = 2700-4000 K • Blanco neutro. TC = 4000-6000 K • Blanco frío. TC = 6000-12000K Índice de reproducción cromática (IRC) La impresión del color no la determina solamente la temperatura de color de la fuente luminosa, sino también su capacidad de reproducir los colores. El índice de reproducción cromática (IRC) es la medida de la capacidad que una fuente luminosa tiene para reproducir fielmente los colores de varios objetos en comparación con una fuente de luz natural. • IRC 90-100 • IRC 89-90 • IRC 60-80
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